Corea del Sur es un país que tiene una población de 46 858 mil habitantes y que muestra un crecimiento económico impresionante desde mediados de la década de los sesenta hasta mediados de los noventa, lo cual va acompañado de un grado similar de desarrollo económico durante estos años. Tal como puede verse en el cuadro 1 la tasa de crecimiento promedio anual del PNB de Corea fue de aproximadamente 7 por ciento durante los últimos 20 años, habiendo sido de 9,3 por ciento durante la década de los años setenta y de 7,8 por ciento en los años sesenta. Este comportamiento del producto se ha traducido en un incremento significativo del PNB per cápita, pasando éste de un promedio anual de US$ 120 en los años sesenta a US$ 8 190 en la década anterior.
Asimismo,
se observa que ha mantenido tasas de inflación por debajo de los dos dígitos de
1982 a 1999, reduciéndose al mismo tiempo la tasa de crecimiento de la
población.
Adicionalmente,
algo que llama poderosamente la atención son los resultados en el campo de la
educación, los que han ido prácticamente de la mano con el crecimiento
económico de ese país. Es así, que la educación primaria está masificada, la
educación secundaria está cercana a ser universalizada, y la educación superior
en 1995 tuvo una tasa de matrícula de 54,6 por ciento, la cual fue la tercera
tasa más alta en el mundo. Corea del Sur es un ejemplo de cómo se puede
revertir situaciones desfavorables en resultados positivos, ya que este país
luego de las diferentes dificultades por las que pasó, y después de 30 años, se
transforma en lo que muchos llaman "El
Milagro
del río Han". Nuestra pregunta es, por consiguiente, cómo un país con
recursos económicos tan escasos pudo lograr estos resultados económicos tan
exitosos, pasando de ser un país basado en la agricultura en los años
cincuenta, a ser un país con industrias productoras no sólo de automóviles sino
también de barcos, maquinaria pesada, textiles, artículos electrónicos,
semiconductores, industria siderúrgica y petroquímica; las que se desarrollaron
a partir de los años setenta especialmente. De esta forma buscamos la respuesta
en los recursos humanos de este país y en la relación entre el bienestar de
Corea y el papel que jugó la educación al respecto.
Sin
embargo, no es fácil encontrar exactamente cuál fue la contribución de la
educación al crecimiento económico de ese país, pero se sabe que hubieron una
serie de factores que colaboraron a que tal vinculación fuese posible. Entre
estos factores se cuenta con la política de expansión de la educación
secuencial, una política de financiamiento de la educación adecuada, el rol
importante que jugó el sector privado en la educación, la eficiencia del
funcionamiento de las escuelas, y la determinación de que la educación no sólo
es aprender a leer y escribir, sino el espíritu de mejorar y de una actitud
hacia el trabajo en grupo, la autodisciplina y la solidaridad.
1. El Proceso de expansión de la educación
Este
proceso que abarca desde la liberación de Japón hasta la fecha puede dividirse
en cuatro sub-períodos:
1)
hasta los cincuenta,
3)
los años setenta y
4) de 1980 a la fecha.
1.1 Hasta los cincuenta
Desde
la liberación hasta los años cincuenta, Corea trató de establecer las bases de
una nación independiente en medio del desorden y el caos provenientes de la
etapa de la guerra para ganar su independencia, así como por la Guerra de
Corea, que terminó en la separación de ese país. A pesar de estas
circunstancias tan adversas Corea del Sur sentó las bases estructurales y
administrativas de su sistema educativo en esos años. De esta forma de 1945 a
1948 el número de estudiantes de primaria y secundaria se incrementó en 82 por
ciento y en 184 por ciento, respectivamente. Asimismo, en 1945 casi el 45 por
ciento de los niños en edad de ir a la escuela fueron matriculados en primaria.
La tasa de analfabetismo cayó de 78 por ciento en 1945 a 41 por ciento en 1948.
Se estableció una línea del sistema educativo de 6-3-3-4, con seis años de
primaria, seis años de secundaria y cuatro años de universidad, así como un
currículum nacional a través del Ministerio de
Educación.
La tasa de analfabetismo continuó cayendo de 26 por ciento en 1953 a 4,1 por
ciento en 1958. En estos años se sentaron las bases para el posterior despegue
de este país.
1.2 Los años sesenta
La
etapa de la industrialización basada en las exportaciones que correspondió a
estos años hizo uso de la mano de obra de manera intensiva y tuvo como una de
sus características la rápida masificación de la educación primaria. Esta etapa
se caracterizó además por absorber el máximo número de estudiantes de toda
edad, aun al costo de la disminución en la calidad de la educación.
Otra
característica fue la transición secuencial a la educación secundaria,
principalmente por la presión de la masa de graduados del nivel primario.
Asimismo, durante estos años se logra la reducción de la tasa de fertilidad y
se empiezan a sentir los primeros efectos de los beneficios del crecimiento
económico. Cabe señalar que en 1960 el 80,4 por ciento de los trabajadores de
la industria tenían educación primaria o menos, y sólo el 18,5 por ciento
tenían secundaria completa.
Cuando
empezó la planificación de los recursos humanos en 1963 Corea tenia un exceso
de graduados universitarios y muchos de ellos no tenían empleo, tal es así que
en 1960 se estimó una tasa de desempleo para los universitarios graduados de 60
por ciento. En 1964 la FAO y otras organizaciones extranjeras predijeron una
seria y crónica sobreoferta de graduados universitarios en todas las
profesiones, incluidos los científicos, ingenieros, y aun artesanos. Por esta
razón, el gobierno pasó de una política liberal en la educación superior a un
control en las cuotas de ingreso, pero a pesar de este control, la tasa de
matrícula se incrementó de 6,4 por ciento en 1960 a 8,8 por ciento en 1970.
1.3 Los años setenta
Este
subperíodo se caracterizó por el papel preponderante que tuvo la industria
pesada y la industria química en la estrategia de la economía coreana. En lo
concerniente a la planificación de la educación, el gobierno trató de hacer
coincidir la oferta educativa con los requerimientos de la industria. Sin
embargo, la educación secundaria y este tipo de industrialización no caminaron
juntos en el inicio de este subperíodo. Es así que la tasa de matrícula para la
secundaria intermedia fue de 41,4 por ciento en 1966 y de 50,9 en 1970,
mientras que la tasa de matrícula para secundaria superior fue de 26,4 por
ciento y de 27,9, respectivamente. En 1980 se incrementó la tasa de matrícula a
95 por ciento para la secundaria intermedia y a 63,3 para secundaria superior,
configurándose de esta manera una mejor vinculación entre la fuerza laboral y
las necesidades de la industria. Algo importante durante estos años y que cabe
remarcar fueron los esfuerzos del gobierno para consolidar la educación
secundaria técnica. A fin de lograr tal objetivo, se incrementó el número de
las escuelas técnicas en 24,5 por ciento, lo que significó un aumento de 124
escuelas de 1970 a 1980. Estas escuelas comprenden las técnicas, de comercio,
agricultura y pesqueras.
De
esta forma fue el estado el que consolidó el entrenamiento vocacional para
satisfacer la demanda que el rápido desarrollo industrial requería, debido a
que las empresas en esos años no estaban interesadas en conducir dicha
capacitación; de tal forma que, cuando las empresas requirieron más
trabajadores, lo que hicieron fue obtenerlos de otras empresas. Para evitar
estos problemas, el estado dictó la Ley de Medidas Especiales para el
entrenamiento Vocacional en 1974, a fin de que las empresas con 200 ó más
trabajadores estuvieran obligadas a entrenar al menos el 15 por ciento de sus
trabajadores cada año; y, si no lo hacían de la forma establecida por ley,
deberían pagar una multa. Desde 1995 se incluye bajo este sistema a las
empresas con más de 1 000 trabajadores a tiempo completo. La proporción de
trabajadores que completó secundaria continuó incrementándose a 46,9 por ciento
en 1975 y a 58,5 en 1980, con la consecuente disminución de los graduados de
primaria.
1.4 De los años ochenta en adelante
La
educación superior en la etapa de la industrialización intensiva de los años
ochenta -o de la madurez de la economía coreana- fue objeto de cambios
importantes en cuanto a la intervención del estado a través de la política de
incremento de cuotas para el ingreso a las universidades, de tal forma que
éstas aumentaron en los inicios de los ochenta en 60 por ciento de un año a
otro. Es
así,
que la tasa de matrícula de la educación superior pasó de 16 por ciento en 1980
a 35 por ciento en 1985, estando centrado dicho crecimiento alrededor de las
áreas de artes liberales y ciencias sociales. De otro lado, a finales de la
década de los ochenta la expansión de las cuotas estuvo dirigida una vez más
hacia la ingeniería y ciencias, de tal forma que en 1995 la tasa de matrícula
en la educación superior alcanzó a 54,6 por ciento.
Asimismo,
se prohibió el funcionamiento de las tutorías privadas o "Gua-Woi"
que daban clases adicionales a los alumnos que se iban a presentar a dar el
examen de ingreso a la universidad, de tal forma que esta ventaja sólo la
podían tener aquellos estudiantes con recursos económicos suficientes para
pagar tal servicio, desvirtuándose de esta manera el acceso en iguales
condiciones para todos.
En
resumen, la reforma de la educación efectuada por el gobierno en 1980 ya no
enfatizaba en la eficiencia económica de la inversión en educación, sino en el
derecho del individuo a la educación y a la calidad de la misma. Sin embargo,
el objetivo largamente acariciado de calidad en la educación para todos los
individuos no pudo lograrse, a pesar que el gobierno incrementó los fondos para
tal efecto en grandes cantidades.
Dichos
esfuerzos financieros no fueron suficientes para lograr abastecer el
requerimiento de educación de "calidad" para una población
universitaria numerosa. De tal forma que se presentó el conflicto de cantidad y
calidad, llegándose finalmente a una educación superior de "segunda
clase", lo cual era preocupante para una sociedad que venia gozando de
altos estándares de educación. Mientras los efectos de la reforma de la
educación de 1980 se volvían más agudos, la economía coreana se encontraba una
vez más tratando de manejar los altos costos de los salarios y la ardua
competencia internacional; cuando nuevamente es su fuerza laboral altamente
calificada y bien entrenada, la que constituye una poderosa fuerza para
competir; y es, otra vez, la educación y su capacidad para producir gente
preparada y competente la que apoya los requerimientos de la industria.
Nuevamente, los colegios vocacionales de ciencias fueron reforzados y las
cuotas para la universidad en los campos de la ingeniería y ciencias fueron
ampliadas, mientras que el resto de carreras permanecieron sin variar. A
comienzos de 1990 se plantea la democratización, la es regulación y la descentralización de la
educación superior, siendo la autonomía y la competencia el principal vehículo
considerado para la mejora de la calidad de la educación. De esta forma se
toman una serie de medidas tales como el apoyo financiero del estado basado en
el desenvolvimiento y la actuación de las universidades. A partir de 1995 se
promulgaron una serie de reformas en la educación que se resumen a
continuación:
• La regulación de la admisión a las universidades fue liberalizada.
En el caso de las universidades privadas se les permitió escoger un criterio de
selección de los estudiantes. Además se tomaban en cuenta los resultados de la
secundaria.
• La cuota de matrícula de las universidades seria
gradualmente liberalizada. Las universidades que reunían ciertos criterios
podían escoger la cantidad de vacantes.
• Parte de la ayuda financiera del Ministerio de Educación
debería estar relacionada con la evaluación de la actuación y desenvolvimiento de
la universidad.
• La proporción del PNB para gastos en educación se
incrementaría a 5 por ciento en 1998.
1.5 Ventajas de una fuerza laboral altamente calificada
El
principal mecanismo para el desarrollo de la tecnología industrial en Corea ha
sido la transferencia de tecnología de los países industrializados bajo la
forma de ciencias y de plantas.
Esta
tecnología pudo ser adecuadamente escogida cuando Corea tuvo la capacidad para
tomar las decisiones convenientes y negociar con los países y empresas involucrados.
Además, la tecnología importada pudo ser adaptada apropiadamente y mejorada
sólo cuando el país tuvo un nivel específico de investigación y desarrollo. De
esta forma, la expansión de la educación superior contribuyó a ofrecer recursos
humanos altamente calificados para la industria. Una muestra más de la
preocupación del estado coreano al respecto fue el establecimiento del
Ministerio de Ciencia y Tecnología en 1994 entre otras instituciones que
fomentaron las ciencias. De otro lado, las empresas necesitaron para su dirección
gerentes altamente capacitados, lo cual definitivamente tuvo efecto en el
crecimiento de las firmas, de tal forma que los gerentes e ingenieros de Corea
son por lo general graduados universitarios. Estos profesionales fueron claves
para el desarrollo posterior del sector terciario que se incrementó
significativamente durante los 80. Es así, que el porcentaje de trabajadores empleados
en el sector terciario aumentó de manera importante desde 35 por ciento en 1975
hasta 43,4 por ciento en 1980 y a 61 por ciento en 1995 de acuerdo a las cifras
de la Oficina Nacional de Estadística de Corea. Los estudiantes universitarios
por campo de estudio de 1970 a 1999 estuvieron matriculados en las áreas de
ingeniería, ciencias sociales y ciencias naturales, principalmente, tal como se
puede ver en el cuadro 3. Es decir, se privilegió aquellas especialidades que
iban a operar las industrias tanto en la rama de la tecnología y la ciencia,
como de la gerencia de las empresas.
Desde
otro ángulo, podemos ver en el cuadro 4 que el empleo generado en la
agricultura es desplazado por las actividades de la industria y por las del sector
terciario o de servicios que retoma con fuerza su participación en 1999, como
resultado entre otros aspectos del inmenso capital humano de profesionales altamente
calificados que posee esa sociedad, el que rápidamente puede absorber y usar la
tecnología de punta.
Cabe
mencionar que aun en plena crisis asiática, el empleo en el sector servicios continuó
creciendo, mientras que el empleo en la industria tuvo un importante decrecimiento
en 1997, situación de la que Corea no se recuperó totalmente en los dos años
siguientes. Un aspecto importante a señalar es que la tasa de desempleo mas
alta a partir de la crisis de 1997 la experimentaron aquellos trabajadores con
educación secundaria, mientras que los graduados universitarios mantuvieron una
tasa menor de desempleo. De esta forma, en 1997, 1998 y 1999 las tasas de
desempleo para los trabajadores con secundaria fueron de 3,3, 8,2 y 7,6 por
ciento, respectivamente, mientras que dichas tasas fueron de 3,0, 5,7 y 5,3 por
ciento para los graduados de educación superior.
2. La política de financiamiento de la educación
Mientras
que muchos países han mantenido los gastos de la educación pública a un nivel
de 5 por ciento del Producto Nacional Bruto durante las tres últimas décadas,
el porcentaje de gastos en educación en Corea tendieron a ser más bajos que el
promedio de los países en desarrollo. En los países desarrollados cambiaron
dichas tasas entre 5,2 por ciento y 6 por ciento, mientras que en los países en
desarrollo dichas tasas variaron entre 3,0 y 4,1 por ciento. En Corea sin
embargo, fue tan baja la proporción que llegó a ser de 1,8 por ciento en 1965
ocupando el lugar 81 entre 90 países, y aún se mantenía en 3,5 por ciento en
1990 y en 4,1 por ciento en 1995, tal como puede verse en el cuadro 4. En
contraste, este gasto alcanzó 5,3 por ciento en 1990 y 6,2 por ciento en 1993
en los países africanos, con excepción de los países árabes, cuyo crecimiento
fue mucho más lento que el de Corea. Como podemos esperar, el mayor gasto en la
educación en Corea se dio en la educación primaria en los años 1950 y 1960, de
manera diferente a lo que hacían los países latinoamericanos y de la India, por
ejemplo, quienes invirtieron más en educación superior. El gobierno coreano
invirtió aproximadamente el 65% del presupuesto de educación en educación
primaria, de 20 a 25% en educación secundaria y menos del 10% en educación
superior entre 1965 y 1975. No fue sino hasta 1980 en que la proporción de
inversión en educación secundaria empezó a incrementarse al mismo tiempo que se
reducía el gasto en educación primaria. Similar comportamiento siguieron Hong
Kong, Singapur y Tailandia. En este sentido, las prioridades en la secuencia de
la inversión en educación del nivel más elemental al más alto promovió el
crecimiento rápido de la educación y, consecuentemente, sentó las bases para la
iniciación del proceso de industrialización. El Banco Mundial en 1995 sugirió que
en los colegios de los países desarrollados se podría ahorrar costos y a la vez
proporcionar mayores oportunidades educativas incrementando el ratio estudiante
/ profesor. Esto permitiría trasladar recursos hacia libros y el entrenamiento de
los profesores, al mismo tiempo que éstos se encontraban prestando servicios
educativos. Los gastos de los sueldos de los profesores más o menos representaban
dos tercios del total de gastos en educación, entonces un aumento modesto en el
ratio estudiante / profesor podría incrementar la eficiencia significativamente.
De esta forma Corea minimizó costos manteniendo clases con el ratio estudiante/
profesor significativamente alto. Durante los años 50 y 60 era fácil encontrar
clases en las cuales el número de estudiantes era de 100 estudiantes en la
escuela primaria. Otra modalidad fue la de adoptar turnos diferentes, lo que reducía
el costo de capital por estudiante. Sin embargo, considerando que los diferentes
turnos reducían el tiempo de instrucción por estudiante, las escuelas que
aplicaban ese sistema incrementaban el número de días de clases para compensar el
menor número de horas por día. Estas prácticas fueron usadas con mucho éxito
por Corea y los países del Este de Asia.
3. Activa participación del sector privado en la expansión de la
educación
El
gobierno indujo la participación del sector privado en la educación mediante la
creación de escuelas y universidades y, para tal efecto, proveyó de incentivos en
la forma de excepciones en los impuestos así como subsidios públicos. En 1998,
casi todos los colegios privados tanto primarios como secundarios, recibían
subsidios del gobierno. Por lo tanto las pensiones de los colegios privados se
establecían en los mismos niveles que los de los colegios públicos.
Otro
factor que contribuyó al crecimiento rápido de la educación en Corea fue la
decidida política de inversión educativa establecida por el gobierno que impuso
gran parte del financiamiento de la educación en los padres y estudiantes. El
gasto total en educación pública se estimó en 11,8 por ciento del PNB en 1994
y, de esta proporción, 5,79 por ciento le correspondió al gobierno, 3,72 fue
proporcionado por los miembros corporativos y de gobierno de la escuela y el
2,07 restante por los padres bajo la forma de pensiones. En el caso del gasto
en la educación privada que se define como todos los gastos pagados por los
padres para la educación de sus hijos, excepto por pensiones, llegó a ser 6,03
por ciento del PNB, es decir mucho mas que los gastos públicos en 1994. Estos
gastos se incrementaron progresivamente, ya que en 1977 fueron de 2,19 por
ciento, 3,98 en 1982, 5,84 en 1985 y 5,5 por ciento en 1990. El gasto en
conjunto en educación de los padres tanto en colegios privados como públicos,
llegó a ser el 8,1 por ciento del PNB y significó el 68,6 por ciento del total
de gastos en educación en 1994, por ejemplo. Los pagos efectuados por los
padres y los estudiantes constituyeron entonces una mayor proporción del PNB
que los gastos del gobierno.
4. Operación eficiente del Sistema Escolar
Una
de las características distintivas de la educación coreana es la educación de
la moral y la ética nacional. La conciencia de la educación hace énfasis en el
sacrificio de uno mismo y en la obediencia de las reglas de la organización y
de la nación, el orden, la obediencia, la observancia de las normas y la
paciencia. Todos estos valores fueron incluidos en el funcionamiento del
sistema escolar, en donde el maestro mantiene un estatus especial y un rango
similar al de un funcionario publico.
5. Conclusiones
1.
La clave para establecer una relación entre la educación y el desarrollo
económico de un país se centra, principalmente, en la elección de la política
educativa adecuada que vaya acorde con el estado de desarrollo económico o de
industrialización elegido.
2.
En la medida que la educación básica fue importante en las primeras etapas de
desarrollo de la economía coreana, se obtuvo una masificación de ese nivel de
educación, con el consecuente costo reducido por estudiante, no asegurándose la
calidad bajo esas circunstancias, pero si la cantidad.
3.
La educación de bajo costo se transforma en un obstáculo para el continuo
desarrollo del conocimiento, la información y la tecnología intensiva en un
ambiente de competencia internacional.
4.
Por lo tanto, la educación se convierte en un problema económico para
determinar cuánto la economía debe invertir en capital humano, así como cuál debe
ser la composición de esa inversión.
5.
En la era del conocimiento en la cual ya no se exporta sólo materias primas,
sino son los servicios o los bienes con valor agregado los que hacen la
diferencia, el papel que la educación juega es de extrema importancia en la
inserción de la economía doméstica en la economía global.
6.
Desde que la educación es considerada un bien publico, le toca jugar un rol
fundamental al estado en cuanto al diseño claro de una política educativa que
esté vinculada con el proceso de desarrollo económico del país, que finalmente
nos conduzca a un mejor nivel de vida a todos.
Sin
embargo, esta responsabilidad de la educación debe ser compartida entre el
gobierno, los padres de familia, los estudiantes y los profesores, a fin de
lograr la tan ansiada calidad en la educación.